La derrota del comunismo es indudablemente uno de los grandes temas del siglo XX. Es decisivo preguntarse cómo ocurrió eso. En todo caso, la verdadera victoria contra el comunismo sólo podrá verse dentro de algunas décadas. 

Creo, sinceramente, que de esto se trata en la coyuntura actual, de la verificación existencial de los bienes culturales que han dado sentido a nuestra historia. ¿Y cuáles son los lugares propios de esta verificación existencial? La familia, la escuela, la universidad, el trabajo, las comunidades y movimientos eclesiales, las obras. En otras palabras, cualquier lugar en que es necesario tomar una decisión para la existencia y asumir una responsabilidad compartida sobre ella. 

La secta que analizaremos es considerada peligrosa por su enorme poder económico, por su capacidad de infiltrar los ámbitos que podrían estimarse más alertas a sus actividades, por la naturaleza de sus métodos de reclutamiento de la juventud, sus famosos “bombardeos del amor”) y por la destrucción de los vínculos de los jóvenes adeptos con sus familias. 

El computador es un producto tecnológico complejo y no se le puede entender como una máquina cualquiera. Por un lado, en sí misma puede ser considerada como un artefacto que ejecuta determinados procesos electrónicos a gran velocidad; pero, por otro lado, es también un instrumento o medio de comunicación, una ventana al mundo del “ciberespacio”, un universo casi ilimitado de posibilidades dependiendo del programa o software que se está ejecutando. Esta segunda aproximación al computador, así como al software, es la que reclama una atenta reflexión. 

Para poner de relieve la posición de la Iglesia y la enseñanza del Magisterio con respecto al problema de los cultos satánicos desarrollaré el tema en los siguientes puntos: la novedad del culto cristiano; la realidad de Satanás y sus insidias contra los hombres; los ritos satánicos en el juicio de la Iglesia; y posibles consecuencias de la participación en ritos satánicos. 

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El Papa León XIV ha publicado su primera exhortación apostólica, Dilexi te , dedicada al amor hacia los pobres. Su título es tomado de una frase del Apocalipsis “Te he amado” ( Ap 3,9), y evoca aquel mensaje de esperanza que el Señor envía a aquellos que no tienen poder ni recursos, “te he amado”, y a ellos es a quienes se les ofrece la herencia de su trono, pues han padecido junto a Él (cf. Rm 8,17).
Haciendo un paralelo entre los guías que marcan el camino en la “Divina comedia” y la necesidad de acentos y orientaciones que se necesitan hoy ante el panorama mundial, el autor reflexiona y propone caminos para estos tiempos.
61 estudiantes y miembros de la Pastoral UC viajaron al Jubileo de los Jóvenes en Roma a fines de julio, una experiencia marcada por el encuentro con la Iglesia universal y el llamado del Papa a “cosas grandes”.
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