Es de Elena, la anciana madre del emperador Constantino, el mérito de la Invención de la Santa Cruz, es decir, del hallazgo del madero donde el Hijo de Dios fue crucificado. Y a ella se le debe la construcción en Roma de la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, donde se conservan las reliquias de la pasión de Jesús.

Hace dos años fallece Eugenio Ionesco, universalmente considerado, con Samuel Beckett y otros, creador del "teatro del absurdo". En lo que a él respecta, prefería, sin embargo, hablar de "teatro de la Ausencia", pues dicha definición especifica el verdadero sentido de su obra: ser testigo de la ausencia de Dios y de su consecuencia en el significado de la realidad y de la palabra. Analizando el último volumen de su diario, "La búsqueda intermitente", el artículo describe el lento y sufrido camino a la fe en Jesucristo del escritor rumano-francés. En realidad, acercarse a Ionesco para reír de sus salidas hilarantes y de su fantasía surrealista significa traicionarlo. Pues él es, sobre todo, un buscador del absoluto y un testigo de aquella Ausencia que paraliza la mente y enfría el alma. 

El disparo a repetición del aparato fotográfico y la fabricación, en 1889, por Eastman y Edison, del film, una película fotográfica elástica que se podía enrollar en bobinas, hicieron posible el invento del cinematográfico.

En las estrechas calles del centro de Roma, caminando por los antiguos barrios populares, en cada calle, en cada plaza, casi en cada rincón encontramos imágenes sagradas a menudo circundadas de baldaquinos y candelas. Los romanos las llaman "madonelle". 

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El sacerdote sirio Fadi Najjar visitó Chile para dar a conocer la dura realidad que vive su comunidad en Alepo: una ciudad marcada por catorce años de guerra, por la pobreza que afecta al 90% de la población y por la incertidumbre política que aún impide la reconstrucción. Conmovido, pidió a los chilenos no olvidar a Siria y sostener con oración y ayuda a quienes hoy luchan por sobrevivir, en una visita organizada por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).
Ha concluido el primer viaje apostólico del Papa León, que lo llevó a un destino establecido por su predecesor. Se trató de una peregrinación ecuménica a Turquía, para conmemorar los 1700 años del Primer Concilio de Nicea; y al Líbano, y así honrar una promesa hecha por el propio Francisco, la que no pudo cumplir por la guerra en Medio Oriente y su enfermedad.
Los manuales de historia de la teología tienden a presentar el desarrollo de las controversias del siglo IV y del Concilio de Nicea como una historia sin matices, en blanco y negro, con ciertos visos legendarios. Volviendo a las fuentes contemporáneas, el autor presenta las posturas en juego, los hechos que lo precedieron y la discusión que ahí se desarrolló. Nicea fue un hito central en la historia de la Iglesia, pues nos permitió afirmar no solo la divinidad del Hijo, sino también el mismo rostro del Padre que Jesús había revelado a sus discípulos. Humanitas 2025, CXI, págs. 370 - 385
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