La vida de nuestros misioneros estuvo marcada por los más grandes sacrificios, en medio de una naturaleza hostil y una población generalmente indócil a la recepción de la fe. Fallecidos en plena juventud, víctimas de la tisis o por falta de las más elementales medicinas de cualquier otra enfermedad. Sólo el testimonio de Cristo, su único objetivo, explica este esfuerzo de siglos, de pequeños y muy poco consoladores éxitos humanos, aunque grandes desde el punto de vista trascendente.

“Quítate las sandalias, pues el lugar que pisas es santo” (Ex 3,5). Hay hombres cuya vida posee algo de ese carácter sagrado. Quiebran la seguridad cotidiana en que se desenvuelve nuestra vida. Modifican el valor de las cosas y despiertan en nosotros la intuición de lo único que, en definitiva, es importante”. (Romano Guardini).

Los problemas de la relación Iglesia-Estado desde el siglo XIX sólo se entienden a partir de la aguda crisis provocada por la irrupción del Estado moderno que, asociado intrínsecamente a un monismo político-jurídico de matriz ilustrada, produjo una enorme tensión en la organización eclesiástica, acostumbrada a tener un lugar propio dentro del régimen monárquico que suponía más bien una estructura jurídicamente plural.

Últimas Publicaciones

Un Evangelio floreciente en tierras lejanas es lo que nos ha mostrado el Viaje Apostólico de Francisco a Asia y Oceanía, el más largo de todo su pontificado y que concluye hoy en Singapur. Sus encuentros, llenos de fraternidad y compasión, han hecho relucir la multitud de colores y formas que adquiere la fe, recordando la universalidad de la Iglesia y el deseo de Cristo de llegar a todos los rincones del mundo.
Con poco más de 22 millones de habitantes, Burkina Faso es un país de África occidental que se encuentra entre las naciones con peor calidad de vida del mundo. La tragedia del sábado recién pasado se suma a la seguidilla de atentados –frecuentes e invisibilizados– de las últimas décadas.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero