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- Mons. Tedeusz Kondrusiewicz
La Iglesia en Rusia y en Europa oriental, que resurge como el ave fénix del polvo, se inclina con gratitud ante la memoria de los que al precio de la propia vida y de los sufrimientos han defendido la fe, la Iglesia y los derechos del hombre. Este tesoro sin precio sea de la iglesia católica como de todo el cristianismo y de la misma humanidad, debe ser conservado y dado a conocer al mundo.