M. Marcela Mazzini, Fernando Soler (Eds.)
Ágape
Buenos Aires. 2024.
313 págs.
En un momento eclesial marcado por la búsqueda de nuevos caminos de comunión, participación y misión, emerge esta obra colectiva que explora, desde múltiples perspectivas, uno de los métodos más relevantes del actual proceso sinodal: la conversación en el Espíritu. Editado por M. Marcela Mazzini y Fernando Soler, este libro representa una contribución académica rigurosa, y a la vez práctica, que responde a la necesidad de fundamentar teológicamente esta metodología dialógica que está transformando los modos de ser Iglesia en el siglo XXI.
El punto de partida es sugerente: la escena bíblica de los discípulos de Emaús, donde, mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos (Lc24,15). A partir de esta imagen, los autores desarrollan una comprensión de la conversación no como mero intercambio de palabras, sino como un espacio sagrado donde el Espíritu actúa, transforma y discierne junto con la comunidad.
Estructura y contenido
La obra se abre con un elocuente prólogo de Mons. Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, quien define la escucha como “el verbo más urgente de nuestro tiempo”. Ojea sitúa el libro en el contexto del viaje sinodal de la Iglesia, enfatizando que la conversación en el Espíritu no es meramente un método, sino una invitación a “una nueva forma de ser Iglesia” que escucha, dialoga y discierne en comunión. El prólogo establece el tono de la obra, presentándola no solo como una fuente de conocimiento, sino como una invitación a la práctica y transformación personal y comunitaria.
En la introducción, Marcela Mazzini profundiza en el texto fundante de Lucas 24,15, explorando la riqueza del verbo griego συζητέω (syzētéō) que, compuesto por la partícula σύν (“con”) y ζητέω (“buscar”), significa tanto “disputar” o “discutir” como “buscar juntos”. Esta doble connotación, señala Mazzini, captura la esencia de la conversación en el Espíritu: un proceso compartido de búsqueda que puede incluir el debate, pero siempre orientado hacia un descubrimiento común. La autora destaca la etimología de “conversación”, que sugiere “estar con otro” e “ir juntos discursivamente” hacia un destino, privilegiando la comunidad del recorrido. Esta reflexión filológica establece las bases conceptuales que se desarrollarán a lo largo del libro, situando la conversación como una actividad humana fundamental con profundas implicaciones teológicas y eclesiales.
La primera parte, “Fundamentos teóricos y bíblicos de la conversación en el Espíritu”, establece las bases conceptuales. Olvani Sánchez Hernández y Anderson Fabián Santos Meza exploran la conversación como método teológico, trazando su historia desde Platón hasta teólogos contemporáneos y proponiendo una caracterización fenomenológica del diálogo como experiencia humana fundamental. María José Schultz y Eleuterio Ruiz complementan esta visión con un análisis de los modelos de conversación espiritual en la Biblia, identificando actitudes y disposiciones que facilitan u obstaculizan un auténtico diálogo en el Espíritu.
La segunda parte, “Perspectivas históricas”, recupera experiencias de conversación espiritual a lo largo de la tradición cristiana. José Carlos Caamaño examina el papel del diálogo en las primeras comunidades cristianas, enfocándose en Ignacio de Antioquía y su comprensión relacional y escatológica de los ministerios eclesiales. Geraldo Luiz De Mori y José Federico Castillo Tapia analizan la conversación espiritual en la espiritualidad ignaciana, desde los Ejercicios Espirituales hasta las Constituciones de la Compañía de Jesús. Ricardo Miguel Mauti establece un contraste provocador entre el enfoque dialógico de Walter Kasper en la teología ecuménica y los procedimientos disciplinarios del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
La tercera parte, “Dimensiones teológicas y eclesiológicas”, profundiza en las implicaciones doctrinales del tema. Lúcia Pedrosa-Pádua vincula la conversación en el Espíritu con la teología espiritual, destacando la integración de palabra, silencio y escucha en la oración. Sandra Arenas, por su parte, explora los aspectos eclesiológicos, argumentando que la conversación en el Espíritu debe extenderse a todas las fases de los procesos eclesiales, incluida la toma de decisiones.
La cuarta parte, “Desafíos y aplicaciones prácticas en el contexto contemporáneo”, aborda cuestiones cruciales para la implementación efectiva del método. Rodolfo Núñez Hernández analiza la confianza como dimensión psicológica clave, explorando los factores que facilitan u obstaculizan el diálogo genuino. Enseguida, Ernesto Palafox ofrece una apología teológica del disenso, argumentando que es tan importante como el consenso para el crecimiento y la renovación eclesial. Gabriela María Di Renzo, finalmente, examina la escucha de las mujeres desde una perspectiva interdisciplinar, proponiendo que una ética de la escucha puede transformar las relaciones de poder dentro de la Iglesia.
El epílogo, escrito por mí, sintetiza el recorrido realizado, reflexionando sobre las metáforas que utilizamos para comprender la conversación espiritual. Frente a las metáforas bélicas que han predominado en la discusión teológica, propongo alternativas como la danza, el ecosistema o la sinfonía, que permiten apreciar la belleza del movimiento conjunto guiado por “la música del Espíritu”.
Aportes significativos
Este libro destaca por varios aportes fundamentales al pensamiento teológico y la praxis eclesial contemporánea. La obra supera las reflexiones teológicas aisladas al integrar perspectivas bíblicas, históricas, psicológicas y pastorales, creando un diálogo interdisciplinar que enriquece la comprensión del tema. Al mismo tiempo, rescata la rica herencia dialogal presente en la tradición cristiana, desde las conversaciones de Jesús en los Evangelios hasta las prácticas ignacianas de discernimiento comunitario, estableciendo continuidad entre estas experiencias históricas y los desafíos actuales.
Frente a una posible tendencia eclesial a buscar unanimidad prematura, el libro reivindica el disenso como fuerza creativa y necesaria para un auténtico discernimiento, siguiendo la intuición de Michel de Certeau sobre la teología de la diferencia. Esta valoración positiva del disenso se complementa con una atención especial a las voces históricamente marginadas en la Iglesia, especialmente las de las mujeres, proponiendo una conversación espiritual que transforme las relaciones de poder. Todo el desarrollo teórico mantiene una constante conexión con el proceso sinodal en curso, ofreciendo herramientas conceptuales y prácticas para enriquecer la participación en las distintas fases del Sínodo.
Elementos comunes en las tradiciones de conversación espiritual
A través de los distintos capítulos, se pueden identificar elementos que, de manera transversal a lo largo de la historia y tradiciones, caracterizan la auténtica conversación en el Espíritu. La escucha atenta y profunda emerge como el fundamento de toda conversación genuina, implicando no solo oír palabras, sino acoger al otro o a la otra en su singularidad, mientras que la apertura a la trascendencia distingue este diálogo por su reconocimiento de un tercer interlocutor que guía, ilumina y trasciende las limitaciones humanas.
La conversación en el Espíritu integra dimensiones racionales y afectivas, incorporando aspectos corporales y experienciales que enriquecen el intercambio más allá de lo meramente conceptual. Este proceso transforma a los participantes, abriendo nuevas perspectivas y posibilidades de crecimiento tanto personal como comunitario, al tiempo que mantiene una tensión fecunda entre la búsqueda de comunión y el respeto por la pluralidad de voces y experiencias.
El papel del disenso en el discernimiento comunitario
Uno de los aspectos más innovadores de la obra es su tratamiento del disenso en los procesos eclesiales. El libro desafía la tendencia a ver el disenso como una amenaza, presentándolo en cambio como un elemento necesario para un discernimiento auténtico y profundo. El disenso, entendido como otro sentido, y no como mera oposición, genera alternativas frente a visiones establecidas, visibiliza a las minorías eclesiales frecuentemente marginadas y protege contra tendencias autoritarias o que fuercen uniformidad.
Este enfoque alternativo promueve la innovación teológica y pastoral, mientras profundiza la calidad del discernimiento al evitar consensos superficiales (o artificiales). Como señala Ernesto Palafox en su capítulo, el disenso no es lo contrario del consenso, sino su complemento necesario, ya que permite explorar dimensiones de la verdad que podrían quedar ocultas en un proceso que busca únicamente la unanimidad.
Desafíos para la implementación
El libro no elude los obstáculos que enfrenta la conversación en el Espíritu en los contextos eclesiales actuales. La transformación de estructuras comunicativas jerárquicas y unidireccionales, profundamente arraigadas, representa un primer reto fundamental, mientras que el desarrollo de la confianza constituye otro desafío esencial, como señala Rodolfo Núñez Hernández al analizar factores psicológicos que pueden dificultar el diálogo genuino.
La tensión entre una eclesiología centralizada y el reconocimiento de expresiones locales de fe, junto con la necesidad de integrar constructivamente el disenso, plantean retos adicionales para la implementación efectiva de esta metodología. Quizás el desafío más significativo sea extender la conversación a todos los niveles eclesiales, asegurando que la aproximación dialógica alcance efectivamente los procesos de toma de decisiones y no se limite a etapas meramente consultivas.
Impacto potencial
Teología de la conversación en el Espíritu tiene el potencial de influir significativamente tanto en la reflexión teológica como en la praxis eclesial. Propone un modo de hacer teología más dialógico e integrador, que supera la separación artificial entre teoría y práctica, al tiempo que ofrece herramientas conceptuales y prácticas para enriquecer los procesos de escucha y discernimiento en comunidades concretas. Esta obra fundamenta teológicamente la importancia de incluir todas las voces de los bautizados y bautizadas en el discernimiento eclesial, contribuyendo a repensar las relaciones de autoridad desde una perspectiva más participativa y corresponsable, mientras que ayuda a comprender cómo los factores psicológicos influyen, positiva o negativamente, en la capacidad de diálogo y discernimiento.
Valoración de conjunto
Teología de la conversación en el Espíritu es una obra oportuna y necesaria que responde a uno de los desafíos más significativos de la Iglesia contemporánea: articular un modelo de comunión que integre genuinamente la diversidad de voces y experiencias. Lo hace con rigor académico, profundidad espiritual y sensibilidad pastoral.
El libro evita tanto la idealización ingenua del diálogo como el pesimismo ante los obstáculos reales, ofreciendo un enfoque realista pero esperanzador. Como señalo en el epílogo, la teología de la conversación en el Espíritu es, en última instancia, “una teología de la esperanza”: esperanza en que el Espíritu sigue hablando a su Iglesia, esperanza en que a través del diálogo podemos descubrir nuevos horizontes, esperanza en que la conversación genuina nos permitirá ser más fieles a nuestra vocación de comunión.
Esta obra constituye una contribución significativa no solo a la reflexión sobre el actual proceso sinodal, sino a la comprensión más amplia de cómo el Espíritu actúa en y a través de nuestras conversaciones, transformándolas en espacios de encuentro, discernimiento y revelación. Es lectura indispensable para teólogos, agentes pastorales y todos aquellos comprometidos con una Iglesia más dialógica, participativa y atenta a la acción del Espíritu.