En el centenario del nacimiento del Padre Hurtado

A comienzos de 1936, fecha del regreso a Chile del sacerdote jesuita y doctor en ciencias pedagógicas, Alberto Hurtado, el mundo y el país vivían una etapa muy tensa de su evolución social y cultural, que constituirá el marco histórico de su apostolado, llamado a influir de manera decisiva en la evolución de la conciencia social de los chilenos. El Padre –una especie de estadista del Reino de Dios- orientó su palabra y su acción en los criterios que el Concilio Vaticano II consagraría quince años después. Él buscaba abrazar, sin exclusión alguna, a todas las personas que la Divina Providencia ponía como prójimos (próximos) en su camino. Así se ocupó de las familias –novios, cónyuges, padres, hijos-, la juventud, en particular su formación en la Acción Católica; los educadores y los estudiantes; los empresario y los trabajadores y, de una manera sin duda predilecta, los pobres, los necesitados, los desvalidos; no como clase social, sino como categoría, como personas, como cada una de las personas –cualquiera fuera su edad, condición o actividad- que sufrían por falta de auxilio material o espiritual. El Memorándum, que confidencialmente entregó en sus manos a S.S. Pío XII durante la trascendental entrevista del 8 de octubre de 1947, evidencia la inmensidad, claridad y nobleza de su vocación de servicio a Cristo, junto a la franqueza y transparencia de quien no puede ni debe ocultar nada al Sumo Pontífice que atentamente lo escuchaba. En ese mismo documento le precisa, también, su propósito de destinar, en forma presente, los siguientes años de su vida –que no alcanzaron a ser cinco- al mundo de los trabajadores, donde se daba lo que llamó de S.S. Pío XI, el “gran escándalo del siglo XX: la pérdida del proletariado para la Iglesia”. En Chile, circunstancias propias de nuestra legislación habían creado una institucionalidad de sindicatos únicos, obreros, controlados abrumadoramente por directivas marxistas, que impedía la existencia de asociaciones sindicales permeables al pensamiento cristiano. Por eso, el Padre solicitó cuidadosa y precisamente la autorización del propio pontífice reinante para entrar en un campo apostólico controversial que, seguramente, lo iba a construir en centro de ataques e incomprensiones. Así fue y, pese a su unánime aceptación como santo, aún no terminan de disiparse los resquemores. “Muy santo, sin duda; pero en su trabajo con los obreros se equivocó", no pocos lo dicen todavía. Otros, más cautos, lo piensan, sin decirlo. Esto, que bien lo preveía el Padre y que más de una vez nos lo advirtió, debe terminar antes de su canonización para obtener de ella todos los frutos que, natural y sobrenaturalmente, debe rendir.

Al cumplirse, pues, el centenario del nacimiento del Padre Hurtado y cerca ya del cincuentenario de su fallecimiento, quienes por una u otra circunstancia estuvimos más cerca de él en esa labor social, nos hemos empeñado en hacer realidad, en la medida de nuestras fuerzas, lo que cada vez se configura mejor como un objetivo de gran significado moral, social y espiritual para Chile: hacer del período comprendido entre el centenario de su natalicio y el cincuentenario de su fallecimiento –del 22 de enero del 2001 al 18 de agosto del 2002-, un tiempo de particular conmemoración y apego al legado moral que nos dejó el Padre Hurtado. Así lo han sugerido la Universidad Católica, donde el Padre estudió; la Universidad Alberto Hurtado, instituida bajo su patrocinio, y la Universidad Finis Terrae. Ésta, a través de su Centro de Investigación y Documentación en Historia de Chile Contemporánea (CIDOC), completó –con la cooperación de profesores de las universidades mencionadas, más la Universidad Gabriela Mistral y la Universidad del Desarrollo (sede Santiago)- una investigación académica sobre la tarea cumplida por el Padre en el mundo de las relaciones entre trabajadores y empresarios, que publicó la Editorial Andrés Bello con el título: El Padre Hurtado y su lucha por la libertad sindical.

Como preparación a la multitud de actividades que comprenderá ese “largo año” –diecinueve meses- destinado a conmemorar la breve vida del Padre, nos ha parecido conducente, como contribución a la inmensa tarea de evangelizar la cultura, echar una mirada con los ojos del Padre Hurtado al mundo y los tiempos que él llenó con su presencia, su acción, su vida, su muerte y su huella. Será una especie de examen de conciencia histórico sobre la evolución de nuestro comportamiento social, desde la publicación en Chile de la encíclica Rerum Novarum de 1891, hasta la vigencia de los Convenios 87 y 98 de la OIT, que amparan la libertad sindical y la negociación colectiva, vigentes en Chile desde el 1 de febrero de este año 2000. En suma, cómo vimos, apoyamos, resistimos o entendimos los chilenos, y en particular los católicos, la evolución de la conciencia social obrera hacia un mayor protagonismo social y la humanización de la empresa, entre los últimos años del siglo XIX y los inicios del XXI. Creemos que, en cierta manera, evangelizar nuestra historia, es aproximarnos a ella para observarla a la luz de la doctrina social de la Iglesia. Así lo hizo en forma limpia, penetrante y misericordiosa, pero franca y abierta el Padre Hurtado, y así también debemos hacerlo nosotros, conforme a la perspectiva del tiempo y con referencia a todo ese “largo siglo”. Tal esfuerzo nos enseñará a comprender y evaluar mejor los logros y fracasos del pasado, para edificar sobre terreno conocido y seguro la sociedad más libre, fraterna, participativa y progresista del siglo que comienza.

Como una contribución a ese examen de conciencia frente a nuestra historia social, nos ha parecido ilustrativo ordenar, como un mero punteo de temas o índice de referencia, algunos de los acontecimientos, asuntos y situaciones que han influido en el desarrollo del protagonismo laboral y la transformación de la empresa en Chile durante el lapso referido que enmarcan, en su inicio, la gran huelga obrera de 1890 y la difusión de la Rerum Novarum de 1891, y en su término, la vigencia de los Convenios 87 y 98 de la OIT (para Chile, el 1 de febrero de 2000). Esos ciento diez años, por su especial contenido desde el punto de vista de la organización de los trabajadores, los llamamos El gran siglo sindical chileno: 1891-2000), que entramos a considerar en sus once décadas.

1ª década: 1890-1900. Reducción de faenas y despidos en las salitreras. Estalla la gran huelga de 1890 (Grez Toso): lanceros de Iquique, portuarios de Pisagua; saqueos en oficinas Sacramento, Cruz, Zapiga y Dolores. Se extiende a Antofagasta, Arica, Valparaíso, Viña; panificadores de Valparaíso, Quillota, Limache, Talca y Concepción; ferroviarios, fundidores y otros de diversas provincias, etc. [1] Entra en escena la clase obrera moderna: el peonaje colonial deviene proletariado [2]. El Partido Demócrata, fundado en 1887, enfrenta una fuerte crisis interna, agitada por las tendencias moderada o extrema para enfrentar la grave cuestión social, notable particularmente en los centros mineros y las grandes migraciones, ecos, unas de la Guerra del Pacífico y otras, de las sucesivas crisis del salitre. El país no pagaba casi impuestos por las grandes entradas del salitre. Carecía de industria pesada y las grandes explotaciones de salitre y cobre estaban en manos extranjeras. En la zona de Concepción hay industrias de textiles, de vidrio y yacimientos carboníferos. Resto de la actividad fabril lo representan artesanías variadas. La actividad económica por excelencia en cuanto a proporcionar empleo es la agrícola (trigo) y en menor grado ganadería, toda de bajo nivel tecnológico.

El 60 por ciento de la población es analfabeta. El campesinado es ignorante, colaborador, pasivo, amparado por el paternalismo ancestral. Este régimen protege al inquilino, que pobremente puede vivir y alimentarse. En cambio, el jornalero lleva una vida miserable; abierto al alcohol y al vagabundeo [3]. La conciencia social naciente de próceres de la clase alta lleva por un lado a la fundación de patronatos y asociaciones que posibiliten a los hombres cristianos responsables de la clase alta tomar contacto con el pueblo para mejorar su condición. El patronato persigue entre sus objetivos la subordinación de las relaciones sociales al orden cristiano; esto es, el mayor bien religioso, moral e intelectual al obrero. Para ello aplica conjuntamente los medios más adecuados, como son las obras de piedad, educación, mutua protección y caridad, de modo que esta acción pudiera realizarse desde la niñez hasta la edad adulta. No obstante su pretensión globalizante, algunos dieron prioridad a la juventud obrera que egresaba de la escuela primaria; formarla religiosa, moral y socialmente a fin de lograr su preservación. En 1890 nacen los patronatos de Santa Filomena y San Alfonso. Destacan por ese entonces Francisco de Borja Echeverría, Eduardo y Fernando Covarrubias, Juan Enrique Concha Subercaseaux, Elías Valdés Tagle, Vicente Echeverría (laicos); Martín Rúcker Sotomayor, Miguel León Prado, Carlos Casanueva (clérigos). Otros apuntaron al objetivo más específico, como la salud infantil, caso del Patronato Nacional de la Infancia, que nace más adelante. Entre tanto, entre dolores de alumbramiento hacía su aparición la Rerum Novarum (1891) y al año siguiente, algunos seguidores adquieren el periódico El chileno, que alcanza una tirada sorprendente (40.000 en días de semana y 70.000 en festivos) [4]. Por otro lado, el 7 de noviembre de 1890 Manuel José Irarrázaval, presidente del P. Conservador, inicia en el Senado debate sobre comuna autónoma, apuntando hacia la descentralización administrativa. La Revolución de 1891, iniciada con la sublevación de la Escuadra, el 7 de enero de 1891, inclina el péndulo al parlamentarismo, con el que simpatiza la mayoría del conservantismo. Unidas esa fuerza conservadora y la Convención Radical-Liberal respaldan al ex capitán y luego Vicealmirante Jorge Montt para que asuma la presidencia de Chile, que triunfa con el voto de la totalidad de los electores (255) Antes fueron electos con igual unanimidad Joaquín Prieto (207); Manuel Bulnes, reelección, 1846 (161); J. Joaquín Pérez, 1861 (210). Paralelamente, continúa, débil pero persistente, el influjo de León XIII con su encíclica. Nace la Sociedad de Obreras Católicas, Valparaíso, 1893 (diez años antes se había creado la Sociedad de Obreros de San José). Malaquías Concha y el joven Luis Emilio Recabarren agitan la cuestión social, con ritmos respectivamente, moderados y violentos. Juan Enrique Concha, publica en 1898, siempre inspirado en la Rerum Novarum, su memoria de prueba sobre Cuestiones Obreras, en la recién fundada Universidad Católica. El cambio de siglo lo comentan desde La Lira Chilena a Zig-Zag. Éste le dedica una edición especial, donde Weir, Scott &Co. Anuncia un Concurso presidencial, con premiso de hasta $10.000 para quienes envíen “mayor número de cupones” y no para quienes acierten con el nombre del triunfador o el número de electores que lo respalden y el de votos que estos electores sumen. Naturalmente, cada solución debía ir en un cupón que se entregaba por la compra de media de libra de té Chino, Flor Fina o Superior… Entre las dos torres de la Catedral , el 31 de diciembre de 1899, un letrero decía: “Adiós siglo XIX, Viva el siglo XX, Ladrón de Tiempo[5]. El 1 de junio de 1900 aparece El Mercurio de Santiago. Mientras tanto el Presidente en ejercicio (Errázuriz Echaurren) enfermaba gravemente. Había de morir el 12 de julio de 1901. Su Gobierno conoció la rotativa de 17 gabinetes. Lo sucedió Germán Riesco.

2ª década: 1901-1910.- En 1901 nacen Alberto Hurtado; la Combinación Mancomunal de Obreros, en Iquique; el Patronato Nacional de la Infancia (con apoyo de Ramón Barros Luco, Pedro Montt, Luis Barros Borgoño y otras personalidades) y el de San Estanislao de Kostka. Más tarde, se crearían los de San Isidro (1908), de la Sagrada Familia y del Sagrado Corazón (ambos 1909), etc. Se celebra la Convención del Partido conservador, también 1901, donde destacan Ismael Tocornal, Francisco Rivas Vicuña, Eduardo Mac Clure y se estudian las obligaciones que crean la Rerum Novarum y la cuestión social. El Código de Procedimiento Civil declara la inembargabilidad de los sueldos y jornales de empleados, obreros y criados; el lecho del deudor, de su cónyuge y de sus hijos, más la ropa necesaria para su abrigo; etc [6]. Nuevos conflictos laborales, algunos muy sangrientos: 1903, Valparaíso; 1905, Santiago; 1906, Antofagasta; culminando en la más violenta de las represiones, secuencia de una grave y mal manejada tensión en la Escuela de Santa María, en Iquique, 1907, con un saldo altísimo de muertos: entre 500 y 2.000, según Castedo [7] cifra esta última que Gonzalo Vial juzga exagerada [8], pues proviene de fuentes, cuando menos, dudosas. Pedro Montt había asumido en 1906, año del gran terremoto en Valparaíso (algo menos fuerte en Santiago) y fallece en 1910. Ley de habitaciones obreras en 1906 (modificada en 1909) y descanso dominical en 1907 (aunque admitía convenir un descanso semanal en otro día). En igual año, se crea, dependiente del Ministerio del Interior y Obras Públicas, la Oficina de Estadísticas del Trabajo. En 1909 el conservador Pablo Marín Pinuer funda la Gran Federación Obrera de Chile (FOCH), considerada por muchos cuna del sindicalismo chileno, aunque inicialmente persiguió predominantemente fines educativos y mutuales [9]. Emiliano Figueroa preside las fiestas centenarias de 1910. Ese año se crea, también, la Caja Nacional de Ahorros.

3ª década. 1911-1920. Bajo la presidencia de Ramón Barros Luco se instituye la Caja de Ahorros de los Ferrocarriles del Estado (más tarde, modificada y refundida, se transforma en 1918 en la Caja de Retiros y Previsión Social de los Ferrocarriles del Estado, primera caja de previsión; la seguirían muchas después). En 1911 la FOCH celebra una convención todavía bajo la égida de Marín Pinuer y la inspiración social católica. Fuertes críticas de Luis Emilio Recabarren que, en 1912, funda el Partido Obrero Socialista. Marín Pinuer pierde una candidatura a diputado ante un candidato demócrata y renuncia a cargos en la FOCH. En 1913 se inicia su infiltración por el marxismo. En la Convención de 1919 es elegido presidente Recabarren, fruto del control por el POS, al que se suma el Partido Democrático. S adopta como estandarte la bandera roja. Monseñor Sibilia y el estudiantado laico. La FECH. Concentración e incidentes del 31 de mayo de 1913. Nace la ANEC, en 1915, con Julio Restat, Cruz Coke, Pedro Lira, Carlos Vergara, Manuel Ossa, Ignacio Irarrázaval, los hermanos Larraín Tejada, Luis Pizarro Espoz, Francisco Vives Estévez, Enrique Cañas Flores, etc. El Padre Fernando Vives establece un Círculo de Estudios Sociales. Jaime Larraín G.M. es designado presidente en 1913. En 1918 postula a la Cámara de Diputados; sólo triunfa en 1921. Juan Enrique Concha intenta llegar al Senado; lo logra también en 1921. Bartolomé Palacios es elegido diputado por Valparaíso y Casablanca, por el período 1915-1918. Todos fueron discípulos de Vives, con Oscar Larson, Aníbal Aguayo, Pablo Larraín Tejada, Carlos Vergara Bravo, Jorge Arteaga Isaza, Emilio Tizzoni. Fundaron un sindicato de choferes y otro de lecheros. También un cooperativa de consumos. Estallan Primera Guerra Mundial (1914-1918) y Revolución Bolchevique (1917). En 1919 nacen como fuerzas paralelas, en pugna solapada o abierta, la OIT y la Tercera Internacional. En Chile se agita la cuestión social [10]. La Asamblea Obrera de Alimentación Nacional organiza Comicio de 22 de noviembre de 1918, Memorial de 7 de febrero y Comicio de 29 de agosto de 1919. El triunfo de Alessandri y el Cielito lindo. Llega Alessandri a La Moneda. El Partido Conservador lo ataca y paga el precio de perder algunos de sus líderes juveniles, como Vergara Bravo. Entre tanto, Bartolomé Palacios, Cloratio Blest, Francisco Castillo, Juan B. Naranjo, Eloy Rosales y Alfonso Godoy intentan crear un Partido Popular, al margen de los conservadores, asesorados por los presbíteros Daniel Merino y Guillermo Viviani. Leyes de Protección a la Infancia Desvalida (1912); Sillas para empleados y obreros (1915) y Días feriados (igual año); Indemnización de accidentes del trabajo (1916), Salas cunas (1917). Ley 3557, de octubre de 1919, con las firmas de Sanfuentes y Barros Borgoño, incorpora a Chile a la OIT, nacida en junio de este año, como Parte XIII del Tratado del Versalles. El mismo año se dicta el Reglamento Nº 1938, del Ministerio de Industrias, sobre funciones de la Oficina del Trabajo.

4ª década: 1921-1930. Proyecto de Código del Trabajo de Alessandri y Poblete Troncoso. (1921). En 1921, convención de Rancagua, la FOCH se afilia a III Internacional, fundada por Lenin en Moscú. Con prácticamente los mismos delegados se reúne el IV Congreso de POS, que se transforma en Partido Comunista de Chile, Sección Chilena de la III Internacional. En 1922 nace la Asociación de la Juventud Católica Femenina –AJCF- bajo la conducción de Teresa Ossandón Guzmán, campeona femenina de tenis (gran competidora de Rebeca Izquierdo Phillips). Teresita, tras largos años de apostolado seglar, opta por la vida religiosa. Se dictan reglamentos sobre la redondilla y solución de conflictos en los puertos (Aparece el Código Social de Malinas (1922), que proclama la doctrina del sindicato de fundación y elección libre en la profesión organizada, base del corporativismo cristiano. En 1923 se promulga en Chile la Ley sobre peso de los sacos de carguío por fuerzas de hombre, mientras en España, inicia su dictadura Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, como hombre fuerte en el reinado de Alfonso XIII. Gobierna hasta 1930. Su hijo, José Antonio, funda la Falange Española y es fusilado en la cárcel de Alicante. La FOCH alcanza a unos 140.000 afiliados del total de 200.000 organizados. Pero a fines de 1924 se suicida Recabarren y se inicia su decadencia. Tragedias de San Gregorio (1921) y La Coruña (1925). Alessandri enfrenta la crisis militar de septiembre de 1924. Las leyes sociales 4053-4059. La revolución de enero de 1925. Regreso de Alessandri Palma. Carta Constitucional de 1925. Separación de la Iglesia y el Estado. El sindicalismo legalizado conforme a la ley 4057 es impulsado por Emiliano Figueroa e Ibáñez. La CRAC. Carlos Vicuña Fuentes: La Tiranía en Chile. Gonzalo Vial: La Dictadura de Ibáñez. En 1928, Blest encabeza el selecto Grupo Germen, partidario del colectivismo cristiano y con un emblema significativo: la hoz, el martillo y la cruz. En 1929: acuerdo Chile-Perú sobre Tacna y Arica; en Italia, Tratado de Letrán, crea Ciudad del Vaticano, con independencia de la Iglesia y paz entre Pío XI y el todopoderoso Mussolini. La gran crisis económica de la posguerra estalla en Estados Unidos y se extiende a todo el mundo. En Chile, cesantía de miles de trabajadores, en especial en las salitreras, desarticula el movimiento sindical, debilidad que se suma a la generada por el régimen represivo de Ibáñez.

5ª década: 1931-1940. Quadragésimo Anno y Non Abiamo Bisogno: el corporativismo fascita. Nacen en Chile la Acción Católica y la Liga Social. El Código del Trabajo y el sindicato único. Los sindicatos legales y los sindicatos en resistencia. Caída de Ibáñez. La juventud de los años treinta. Triunfa Montero. Período de crisis constitucional. La revolución socialista de Matte y Grove. Blest la apoya y es expulsado de la Liga Social. Los 100 días de Dávila. Auge y dispersión del sindicalismo legal, que hacia 1933 se divide en tres centrales: FOCH, comunista; CGT anarquista, y CNS, socialista. Panificadores, ferroviarios y otros se mantienen al margen. El fascismo y el nazismo. El nazismo criollo. La Milicia Republicana. La Carta del Cardenal Pacelli. La Juventud Conservadora. Mit Brennender Sorge y Divini Redemptoris. Hegemonía marxista en el mundo sindical. Los Frentes Populares como consigna. La Guerra Civil Española (1936-1939). La ley 6020 sobre sueldos vitales y beneficios económicos de los empleados particulares (1937). La CTCH se incorpora al Frente Popular. Triunfa el Frente Popular en Chile (1938), pero se impide la sindicación campesina. La CTCH [11]. El terremoto de 1939 y la CORFO. Nace la Falange Nacional. Se inicia la Segunda Guerra (1939-1945). Dramáticas opciones de la juventud. Los vascos y la Falange Nacional. Desconcierto y arrinconamiento del sindicalismo libre.

6ª década: 1941-1950. Congreso Eucarístico de 1941. El Padre Hurtado y la Juventud de Acción Católica. Agonía y muerte de Aguirre Cerda. Papel moderador de doña Juanita Aguirre de Aguirre Cerda. Ley 7064 sobre reajustes anuales de sueldos para los empleados particulares (1941), Ley 7295, refunde leyes 6020, 7064 y 7280 (1942). El sindicalismo y la negociación colectiva en los empleados particulares. FIEP. CONEP. Comisiones Mixtas de Sueldos y el mundo gremial de los empleados particulares. Diferencias entre empleados y obreros. Las grandes cajas de previsión: EMPART (la Caja rica); Caja de Seguro Obrero (la Caja pobre): CANAEMPU (la Caja de las pensiones perseguidores y otros beneficios con cargo al Fisco). Inquietudes sociales en la juventud católica. Renuncia el Padre Hurtado a la asesoría nacional y funda el Hogar de Cristo. Los gobiernos radicales. Duhalde subroga a Ríos. Sucesos de Plaza Bulnes. División de la CUT. Renuncia de Frei al ministerio de OO.PP. los tres Bernardos: Araya (comunista). Ibáñez (socialista) y Leighton (falangista). Termina la Segunda Guerra Mundial (1945). González Videla lleva al gobierno al Partido Comunista, pero rompe con él, en 1947. Nace la Democracia Cristiana de América, en Montevideo, abril de 1947. Los quince puntos: Frei, Athause, Regules y Ordóñez. Conflicto Falange-Episcopado. Entrevista del Padre Alberto Hurtado con Pío XII. Nace la ASICH. El Memorándum desconocido. La Ley de Defensa Permanente de la Democracia. Sindicalismo: Historia- Teoría-Práctica. Encargado de Proyecto de Código del Trabajo fundado en la libertad sindical.

7ª década: 1951-1960. La ASICH como ente parasindical y la tensión para afiliar sindicatos. Central de Servicios. El reflejo de las tres centrales: CISC, FSM, CIOSL. Enfermedad del Padre Hurtado. Ley 10.383 de 8-VIII-1952, crea Seguro Obrero Obligatorio y Servicio Nacional de Salud. Muere el Padre Hurtado (18-VIII-52) Ley 10.475 (8-IX-52), establece jubilación de empleados particulares (la tenían los obreros y los empleados públicos). Ibáñez y la reacción anti-radical. El agrariolaborismo. Los DFL de 1953: 243 sobre indemnización por años de servicios y subsidio de cesantía para los obreros; 244, salario mínimo para obreros campesinos (VIII-53), y 245, asignación familiar obrera y cajas de compensación (31-VII-53). La ASICH, la JOC, el Departamento Sindical de la Falange Nacional frente a la CUT. Huelga de Molina. Relaciones con la CISC. Libertad sindical. Sindicalismo cristiano y sindicatos cristianos. Francia-Bélgica frente a Italia-Estados Unidos. Cambios en la ASICH. D.S. 313, de 1956 sobre Estatuto de los Trabajadores del Cobre (Gran Minería). Nace PDC en 1957. Derogación de la LDPD. Elección de 1958: Alessandri, Allende, frei, Bossay y “el Cura de Catapilco”. Ley 10.896, 9-IV-59, sobre Continuidad de la Previsión (Ley Gálvez). Cae Batista y se inicia la Revolución en Cuba. Regocijo inicial en Estados Unidos y sectores democráticos. Esperanzas en el joven abogado Fidel Castro. Su pronta opción socialista.

8ª década: 1961-1970. Luces y sombras de “El Gobierno de los empresarios”. Jorge Prat prepara, por encargo de Jorge Alessandri, la gran reforma previsional (sistema de reparto), concretada en 21 tomos mimeografiados y publicada en dos volúmenes empastados: Informe Briones, bajo Frei Montalva. La Revolución en Libertad. En acuerdo con Alessandri, Frei nombra a Briones Superintendente de Seguridad Social y su Ministro del Trabajo intenta impulsar la reforma de Jorge Prat, proponiendo un ante-proyecto de ley que prepara Alvaro Covarrubias. Oposición violenta de los poderosos gremios favorecidos por cajas de previsión y sistemas privilegiados. Proyecto de febrero de 1965 sobre libertad sindical, con apoyo de la OIT. Rechazo de la libertad sindical de todos lados. Proyecto queda congelado, Prebisch y la CEPAL. Veckemans y DESAL. Jorge Ahumada. Alianza para el Progreso. Se aprueban leyes 16.455, supresión de despido arbitrario (1966); 16.625, sobre sindicación campesina. (1967) fallos arbitrales en conflictos campesinos. La ley 16.744, sobre Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales (1968). Ladislao Lira, Patricio Novoa, Eugenio Heiremans. La izquierda socialista y las Cías. De Seguros contra las Mutualidades. Promoción Popular y Reforma Agraria. Socialismo a la vista, Allende, Alessandri y Tomic. Triunfa Allende en septiembre de 1970. Asesinato de Schneider. Congreso elige a Allende con apoyo del PDC y Ley de Garantías Constitucionales.

9ª década: 1971-1980. Gobierno socialista-marxista de Allende. Crisis social económica, política y constitucional. Creando, creando, poder popular. Pronunciamiento Militar. Septiembre de 1973: las Fuerzas Armadas y Carabineros asumen el poder. La era de Pinochet. El D.L. 198. El proyecto de Código de 1975. Metas y no plazos. Se rechaza opción de reconstruir la CODE. Las Actas Constitucionales: Nºs 1, Nºs 2,3 y 4 de 1976. Consulta de 1978. El Plan Laboral de Piñera (decretos leyes 2755, 2756, 2757, 2758, 2759, 2760). Reforma previsional de los decretos leyes 3.500 y 3.501. Las 34 Cajas de 1974; reparto y capitalización colectiva. La Nueva Previsión: reparto y capitalización individual. Plebiscito y Constitución de 1980.

10ª década: 1981-1990. Desde la Carta de 1980 hasta la asunción de Patricio Aylwin. La transición constitucional. El sindicalismo bajo el régimen legal de libertad sindical y el régimen autoritario político-constitucional. Seguel y las protestas. Jarpa y la apertura política. (1983). Vicisitudes de la transición: Ricardo García y Sergio Fernández. Armas. Atentado en el Cajón del Maipo. Código del Trabajo de 1987. Plebiscito de 1988. Triunfo del No. Reforma constitucional plebiscitada en 1989. Transmisión del mando a Patricio Aylwin.

11ª década: 1991-2000. De la ley de 1991 a la aplicación de los Convenios 87 y 98, vigentes desde 1 de febrero de 2000. Reformas al Código de 1987. El Código de 1994. Proyecto de reformas al Código de 1994 se discute entre 1995-1999. La fórmula Arrate-Thayer. Rechazo de las reformas el 16 de diciembre de 1997 en un Senado desdibujado por las elecciones parlamentarias el 11 de diciembre. La vía internacional: ratificación de los Convenios de la OIT. Interpretación y aplicación de los mismos. Debate fundado en el art. 5ª, inciso 2ª de la Constitución, reformada en 1989. Ratificación del Convenio 151 sobre empleados públicos. Situación actual. Una nueva cultura laboral fundada en la libertad sindical, la libertad de emprender; la calificación profesional; la ciencia económica; la ciencia económica; la informática y la información recíproca entre empresarios y trabajadores. Necesidad de bases morales compartidas, fundadas en la dignidad de toda persona humana. Vigencia del legado moral que deja el Padre Hurtado.

Esperamos que este modesto inventario de temas vinculados al difícil desarrollo de las organizaciones laborales chilenas y su conflictiva inserción en la evolución histórico-cultural de nuestro país, facilite la comprensión del sentido que tuvo el mundo en el que, finalmente, se había de dar “la lucha del Padre Hurtado por la libertad sindical”, medio a medio de esta largo siglo sindical. En efecto, la presencia sacerdotal del beato Hurtado en Chile correspondió a los años 1936-1952, y de ellos, el tiempo de particular dedicación a las cosas laborales y sindicales se encierra en el período de 1947 a 1952. El antes, durante y después del Padre Hurtado hay que evaluarlo con las herramientas evangelizadoras que él nos brindó, sobre todo, su fidelidad a la doctrina social de la Iglesia que, ellas sí, está viva y presente durante todo el “largo siglo”. Así, en esta perspectiva y bajo estas luces doctrinales debemos revisar el dónde, por qué, cómo y para qué de la gran huelga obrera de 1890 y los datos de la historia con las orientaciones contemporáneas de León XIII en Rerum Novarum. Y así habría que seguir el itinerario, década por década, hasta Juan Pablo II y los Convenios 87, 98 y 151 de la OIT recién ratificados por Chile. Será, creemos, un ejercicio intelectual y espiritual que nos facilitará cumplir nuestro aporte a la gran tarea de evangelizar la cultura. Dios quiera que el estudio publicado este año 2000 sobre “El Padre Hurtado y su lucha por la libertad sindical” nos sirva de apoyo y complemento al que el propio Padre nos entregara hace exactamente medio siglo, en 1950: Sindicalismo. Historia. Teoría. Práctica.


NOTAS

[1] Grez Toso, De la Regeneración del Pueblo la Huelga General de 1890; DIBAM, 1997; Pgs. 705,721,734, etc.
[2] Id. 745.
[3] Medina, Andrés; Centrales Sindicales en el Siglo XX; Fondecyt, 1999: pgs. 18-19.
[4] Heisse, cit. Por Castedo; Historia de Chile, t.V.
[5] Nótese que igual que cien años después, el cambio de siglo de celebró el 31 de diciembre de 1899.
[6] Art. 466.
[7] Ob. Cit. P.ig 327.
[8] V.I, t.II. pg. 906.
[9] Hurtado, Alberto, Sindicalismo, Historia, Teoría. Práctica. Ed. Pacífico; 1950; pg.214.
[10] Arteaga, Claudio; obs. Sobre la cuestión social, 1919, Leyes Urgentes para el pueblo; 1920 (Bibi. WTA).
[11] Vid. Medina, A, ob. Cit. Ps. 59 y sgts.

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