Desde hace más de 150 años, se ha convertido en el patrono de los pescadores.
Sumario:
- La fiesta de San Pedro aparece como una de las múltiples expresiones de religiosidad popular del pueblo chileno. En este artículo, se describe su herencia mestiza y los símbolos que en la fiesta acontecen y, con ello, se da cuenta de una expresión de religiosidad que se opone a la mirada secular de la sociedad moderna.
En las largas noches de travesía, a veces peligrosas, casi siempre frías, los hombres del mar confían en que en sus barcas los acompaña uno que fue como ellos, un pescador, llamado por Jesús y escogido para ser pescador de hombres.
En el continente existen diversas formas de celebrar a este santo. Perú lo celebra con danzas tradicionales, las Negrerías o Pachahuaras; en México se desarrolla la Feria de la Talavera; en Costa Rica se realizan corridas de toros; y en Venezuela se lleva a cabo la popular Parranda de San Pedro.
En Chile la fiesta de San Pedro existe desde antes del siglo XIX, y, en su día, su figura es paseada por tierra y por mar, en medio de cánticos, bailes y coronas de flores. En Arica y Mejillones, en Tal Tal y Horcón, en Valparaíso, Quintero y la Isla Robinson Crusoe, en Pelluhue, Curanipe, Iloca y Constitución, en Corral, Chiloé y Puerto Montt, en Puerto Natales y Puerto Williams; por un día, los hombres de mar dejan de lado sus redes y enfocan todas sus fuerzas en el buen desarrollo de la fecha más importante para ellos y sus familias.
La historia de San Pedro es la historia de todos ellos, pescadores, que esperan de su patrón la protección y la intercesión por los buenos frutos de su trabajo. La fiesta va acompañada de platos y bebidas de la zona, donde abundan los pescados y mariscos preparados de distintas formas. Durante el año la imagen de San Pedro, casi siempre de bulto, está emplazada en la caleta, en un lugar de preeminencia, generalmente en una roca bien visible, mirando hacia el mar y protegiendo a quienes pasan parte de sus vidas en sus barcas.
“¿Me amas?”, le preguntó Jesús a Pedro y con esta pregunta lo quería liberar de la tristeza del pecador. Y, como señaló el papa Fracisco en Chile este 16 de enero, “Con aquella pregunta, Jesús invitaba a Pedro a escuchar su propio corazón y a aprender a discernir”. Los pescadores en su fiesta quieren responder también y ser perdonados para convertirse en constructores y apóstoles de Cristo.