Byung-Chul Han

Taurus

Barcelona, 2023

139 págs.

Vida Contemplativa es el último libro del filósofo germano-coreano Byung-Chul Han publicado en español por Taurus. Con él vuelve sobre su ya recurrente crítica a la sociedad moderna, abordándola esta vez no desde lo que ésta produce, como son el cansancio, la autoexplotación o el exceso de positividad, si no desde lo que no produce: espacio para la inactividad. Para el filósofo la cultura actual ha llevado a la desaparición de la distinción entre trabajo y ocio, lo que ha resultado en una pérdida de la capacidad de disfrutar de la inactividad. La inactividad es entendida actualmente en los términos del tiempo libre, tiempo que, sin embargo, no está libre de la lógica productiva, sino que está en función de esta, consistiendo en un no-hacer-para-hacer, reposar para rendir. Así, el tiempo libre, el no-hacer, intentamos llenarlo para escapar del tedio; no es un tiempo realmente libre, vivo, sino un tiempo muerto.

En cambio, en la obra de Han se realiza un elogio a la inactividad, descrita por el autor como “una forma de esplendor de la existencia humana”. La inactividad aparece no como ausencia o rechazo de actividad, sino como una capacidad autónoma que tiene su propia lógica. La inactividad es la capacidad de no esperar, de dejar acontecer, acontecer sin sujeto, es liberarse de la necesidad de reciprocidad, dejar las cosas indisponibles. La inactividad se opone así al acto de tornar algo disponible, alcanzable, calculable, controlable, dominable, consumible, formas que adquiere la destrucción medioambiental. Elogiar la inactividad es elogiar el Sabbat, aquel día del descanso, del no hacer, de la contemplación. 

En el tercer capítulo titulado “De la acción al ser” el autor entra en diálogo crítico con La condición humana de Hannah Arendt, quien ve en la acción y no en la contemplación, la dimensión propia del ser. Para Arendt, quien no actúa posee un modo de ser animal, pues solo en la acción, en la posibilidad de crear algo completamente nuevo, se expresa la condición humana, la posibilidad de transcendencia e historicidad. La tesis de Arendt excluye de la condición humana la dimensión cultural y arrebata de la vida su carácter festivo, del cual nunca hace referencia.

Algo similar ocurre con Ser y tiempo de Martin Heidegger, obra dominada íntegramente “por el énfasis en el sí-mismo y en la acción”. No obstante, Han observa como luego de Ser y tiempo Heidegger habría realizado el tránsito de la acción al “asombro del ser”, llegando a la conclusión de que son solo las inactividades, como la fiesta y el juego, las que darían “esplendor a la existencia humana”. En la fiesta, en la danza, en el ornato, es posible liberarse del para-algo, allí las cosas no sirven, no funcionan, sino que brillan.

Contemplar, amar, alabar, son formas de inactividad necesarias para liberarse de la exigencia del hacer, producir, rendir. De estas inactividades surge la capacidad de escucha y la posibilidad de crear comunidad. La fiesta aparece aquí como el prototipo de la inactividad, por su carácter antieconómico, manifestado en el despilfarro, y su carácter antifuncional, manifestado, por ejemplo, en el baile y en el ornato.

La crisis de la religión en la sociedad contemporánea radica, según el autor, no en la pérdida en la fe en Dios o en la validez de los dogmas, sino en la pérdida de la capacidad contemplativa. Así, “la crisis de la religión es una crisis de la atención”, pues el orar requiere de un tipo de atención particular, de la capacidad de escucha, escucha como acto que enmudece el yo y lo sumerge en el infinito. Mientras que la lógica de las redes sociales nos exige una constante y narcisista escenificación del yo y autoproducción de identidades, la religión invita a acallar al yo y comprenderlo como parte del tú y del todo. La sociedad del tú puedes es una sociedad de excesiva positividad, que agobia y genera personas siempre insatisfechas, la religión en cambio sitúa la dignidad y el valor de la persona no en el hacer, sino en el ser. 

De esta forma, Vida contemplativa no es una especie de libro de autoayuda que nos enseña como disfrutar del no-hacer, sino que constituye un alegato a favor de una inactividad que permita hacerle frente al mundo del rendimiento y la productividad, recordándonos así que la vida es más que la supervivencia. Se trata de una obra que, para el lector de cultura latina que valora las sobremesas y los largos rituales de despedida, puede parecer a ratos lejana, pero que sin lugar a dudas la lógica del mundo digital hace de esta una reflexión necesaria.

Sofía Brahm

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