Queridos hermanos y hermanas:

Dentro de una semana celebraremos la Navidad y nos podemos preguntar: ¿Cómo nos estamos preparando para el Nacimiento de Jesús? Un modo sencillo es “hacer el belén”. Recientemente fui a Greccio, donde san Francisco hizo el primer pesebre, y por esa ocasión escribí una carta para recordar el significado de esta tradición.

El pesebre es un Evangelio vivo, no lo olvidemos, que nos recuerda que Dios se ha hecho hombre. Es bonito detenerse delante del nacimiento y confiar al Señor las personas, las situaciones, las preocupaciones que llevamos dentro.

El belén es además un Evangelio doméstico: “Pesebre” es donde comen los animales; y “Belén” significa “casa del pan”. Pesebre y casa del pan, estas dos palabras nos evocan que Jesús es el alimento para nuestra existencia; es el pan de vida.

El nacimiento es también una invitación a la contemplación. Nos recuerda la importancia de detenerse. Ante una sociedad frenética, el belén nos hace dirigir nuestra mirada a Dios, que es pobre de cosas, pero rico de amor, nos invita a invertir en lo importante, no en la cantidad de bienes, sino en la calidad de los afectos.

Por último, el pesebre es también imagen artesanal de la paz ante tanta violencia e individualismo que nos rodea. En el pesebre todos convergen en Jesús, que es Príncipe de la paz. Y donde está Jesús hay armonía, y nos dice que no estamos solos, porque Él está con nosotros, dándonos una vida nueva.


Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, venidos de España y de Latinoamérica. Ante la celebración de la Navidad, los invito a preparar el belén en sus hogares y a detenerse para contemplarlo, para que el nacimiento de Jesús los llene de alegría y les conceda la paz. Les deseo a todos Feliz Navidad. Gracias.


Fuente: Vaticano

Últimas Publicaciones

61 estudiantes y miembros de la Pastoral UC viajaron al Jubileo de los Jóvenes en Roma a fines de julio, una experiencia marcada por el encuentro con la Iglesia universal y el llamado del Papa a “cosas grandes”.
En contraposición a una comprensión cognitivista de la empatía, los autores ahondan en la propuesta de una empatía vital a través del pensamiento de autores como Lipps, Stein, Scheler e Ingold. Así invitan a profundizar en el llamado que el Papa Francisco hace en Fratelli tutti, a dejarnos interpelar por la realidad del otro según el modelo del buen samaritano.
En este discurso pronunciado en el Pre-foro interreligioso de la Octava reunión del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, se expone cómo las religiones, desde su especificidad propia, aportan al auténtico cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Los problemas de la pobreza y los derechos humanos, la ecología, la inclusión y la igualdad de derechos, la educación y promoción de la paz, por mencionar algunos temas, son preocupaciones que están o deberían estar en el núcleo de todas nuestras propuestas religiosas.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero