Presentación del desarrollo histórico de la ecoteología desde 1970, como un área dentro de la reflexión teológica.
© Humanitas 93, año XXV, 2020, págs. 44 – 59.
Tanto el Instrumentum laboris como el documento final del Sínodo de los Obispos sobre la región Panamazónica han sido objeto de diversos comentarios y críticas. Además de ciertos temas controversiales, como la eventual ordenación de los viri probati o el rol ministerial de las mujeres, también se ha cuestionado la comprensión de la teología expresada en estos documentos. Se critica, por ejemplo, que la teología india y la ecoteología, a la que aluden, son “una invención de los románticos sociales” y una asunción acrítica del pensamiento y tradiciones propias de algunos pueblos originarios, que arriesga conducirnos a un neopaganismo ambientalista.
Si bien algunas de estas críticas merecen atención, como la autorreferencialidad de los textos y la noción de revelación con la que operan, la mención de la ecoteología no debiera despertar ninguna sospecha ni ponernos en guardia contra ningún supuesto riesgo.
Independientemente de cómo se la llame —y ha sido llamada de distintas maneras—, la ecoteología no es una invención, sino que es una realidad que se ha ido desplegando en los últimos cincuenta años, y que ha ido cristalizando en una gran variedad de publicaciones, revistas e investigadores.
Este desarrollo no ha estado vinculado, en primer lugar, a las cosmovisiones de pueblos originarios ni a la sacralización de la tierra. Al igual que en otras áreas disciplinares, la ecoteología debe su constitución, más bien, al impacto que la creciente sensibilidad ecológica ha producido en la teología, su racionalidad y sus narrativas. Esta conciencia ecológica ha llevado a la teología a revisar paulatinamente algunos de sus supuestos, a profundizar sus formas de hablar, por ejemplo, sobre Dios, la creación y el ser humano, y a formular nuevas preguntas. En cuanto ciencia hermenéutica, orientada a la intelección de la revelación divina, la teología entra en diálogo con los grandes desafíos de cada época —como lo son actualmente los asociados a la crisis ecológica en la que estamos inmersos— con una mirada atenta también a las prácticas y formas de vivir que se desprenden de sus nociones e ideas. De este modo, la ecoteología ha estado contribuyendo al debate ecológico, desde una perspectiva propia, a través de la revisión, renovación y profundización de los símbolos y tradiciones religiosas.
La gestación de la ecoteología
Por una parte, la ecoteología debe su origen a la crítica lanzada a las religiones monoteístas, que las sitúa como causa histórica de la crisis ecológica y parte del problema. Famoso es el artículo, por ejemplo, del historiador norteamericano Lynn White que sindica al cristianismo como la religión más antropocéntrica que ha conocido la historia de la humanidad y le imputa el haber promovido una serie de actitudes perjudiciales para la naturaleza. La respuesta a este tipo de críticas, en una perspectiva apologética, ha implicado el desarrollo de líneas de investigación relacionadas, por ejemplo, con la interpretación bíblica, la historia de las ideas, la recuperación de modelos eclesiales y figuras históricas, la ética aplicada y la profundización de las narrativas propias de la teología dogmática.
Por otra parte, la ecoteología es, más bien, una tarea constructiva vinculada al trabajo pionero de varios autores que, sensibles a los temas medioambientales, asumieron tempranamente las preguntas que la crisis ecológica suscita para la teología. Entre los autores cristianos podemos mencionar, por ejemplo, a Joseph Sittler, Jürgen Moltann, John Cobb, Rosemary Radfor Ruether, Sallie McFague, Thomas Berry y Paul Santmire. Desde la década de los 70 del siglo pasado estos autores buscaron conectar el cuidado de la naturaleza con los símbolos y creencias fundamentales del cristianismo. Este empeño ha sido clave en el desarrollo y progresiva consolidación de la ecoteología como un área de trabajo dentro de la reflexión teológica.
Sumario:
- Este artículo presenta, en términos generales, el desarrollo histórico de la ecoteología, desde 1970, como un área dentro de la reflexión teológica, que ha cristalizado en numerosas publicaciones, revistas e investigaciones. Además de caracterizar la doble tarea de la ecoteología como una crítica cultural desde el cristianismo, y una revisión ecológica de la fe cristiana, se presentan varias de sus áreas de desarrollo y sus líneas de investigación actuales.