La misión de paz encabezada por el cardenal Mateo Zuppi se llevó a cabo a principios de mes. Para el Papa, ha sido primordial abrir canales de comunicación y mantener la intervención del Vaticano dentro de los márgenes de la diplomacia que caracteriza a su Estado. Presentamos una crónica del contenido y contexto de esta visita oficial.

Foto de portada: El presidente Volodímir Zelenski saluda al enviado del Papa, Matteo Zuppi, durante su encuentro en Kiev, donde discutieron tanto la guerra como la situación humanitaria en Ucrania, así como varias formas en que Ucrania y la Santa Sede pueden colaborar en el marco de la implementación de la Fórmula de Paz. ©Presidencia de Ucrania / AFP

Entre los días 5 y 6 de junio el cardenal Matteo Zuppi fue enviado por el Papa a Kiev en una misión de paz. La visita fue anunciada en un comunicado de la Santa Sede, en el que se menciona que su objetivo principal consiste en “escuchar en profundidad a las autoridades ucranianas sobre las posibles vías para alcanzar una justa paz y apoyar gestos de humanidad que contribuyan a aliviar las tensiones”.

El cardenal Zuppi es arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, a la vez que cuenta con mucha experiencia en el campo de la resolución de conflictos como miembro de la comunidad de Sant’Egidio, habiendo sido uno de los negociadores del exitoso acuerdo de paz en Mozambique en 1992, para poner fin a una guerra civil de 17 años. El cardenal representa la diplomacia de la paz, así como también es exponente de posiciones que el Papa parece compartir.

En palabras del cardenal Parolin, la misión de Zuppi no tiene “la mediación como objetivo inmediato”, sino más bien el de “aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania”, tratando de “fomentar un ambiente que pueda conducir a caminos de paz”.

Visita a Kiev

Durante su estadía en Kiev el Card. Zuppi mantuvo diversos encuentros con autoridades civiles y religiosas, entre ellas, el presidente Zelenski, con el objetivo de “alcanzar una paz justa y apoyar gestos de humanidad para aliviar las tensiones”, como señaló una nota de la Oficina de Prensa vaticana en vísperas de su partida para Kiev.

En el primer día de su visita vivió un emocionante momento de oración en Bucha, ciudad que fue noticia al comienzo del conflicto por la masacre indiscriminada de al menos 420 civiles de parte de tropas rusas ocupantes. También mantuvo una conversación con Dmytro Lubinets, encargado de la defensa de los derechos humanos, para tratar la cuestión de los 20.000 niños ucranianos que han sido llevados a la fuerza a Rusia y también la situación de los prisioneros, incluidos los civiles. Otra reunión importante fue sostenida con el Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas.

El segundo día comenzó con una oración en la catedral de Santa Sofía. Luego tuvo lugar un diálogo con el presidente ucraniano Zelenski. Una declaración de la oficina de Zelenski dijo que los dos discutieron tanto la guerra como la situación humanitaria en Ucrania, así como varias formas en que Ucrania y la Santa Sede pueden colaborar en el marco de la implementación de la Fórmula de Paz de Ucrania.

Por su parte, un comunicado de la Santa Sede tras la visita señaló que Zuppi concluyó su “breve pero intensa visita a Kiev, acompañado de un oficial de la Secretaría de Estado, durante la cual ha tenido también ocasión de permanecer en oración en la antigua iglesia de Santa Sofía”. Y continúa,

“Al término de su misión, agradece cordialmente a las autoridades civiles por las reuniones sostenidas, en particular con el presidente Volodímir Zelenski. Los resultados de tales coloquios, como el realizado con los representantes religiosos, así como la experiencia directa del sufrimiento atroz del pueblo ucraniano a causa de la guerra en curso serán llevados a la atención del Santo Padre. Estos serán sin duda útiles para evaluar los pasos a seguir, tanto a nivel humanitario como en la búsqueda de caminos para una paz justa y duradera”.

La atención del Papa por Moscú

La misión de Zuppi no contempla solo esta visita a Kiev sino también una eventual visita a Moscú. Y es que desde el inicio de la agresión de Rusia a Ucrania el Papa ha buscado mantener las ventanas de diálogo abiertas con Rusia, aunque aquellos esfuerzos muchas veces no han tenido los resultados esperados. En febrero de 2022 Francisco acudió a la embajada de la Federación Rusa ante la Santa Sede y en marzo de aquel año sostuvo una videoconferencia con el Patriarca de Moscú, Kirill.

Desde siempre Francisco se ha interesado por mantener vínculos con Moscú, ello lo atestigua el hecho de que Putin es el segundo jefe de Estado que más veces se ha reunido con el Papa –tras la excanciller alemana Angela Merkel–; en 2017, el cardenal Pietro Parolin fue el segundo secretario de Estado vaticano que visitó Moscú, y en 2021, fue el turno del arzobispo Paul Richard Gallagher, el ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano.

En reiteradas ocasiones el Papa ha hecho saber que está dispuesto a ir a Moscú en cuanto le inviten y, aunque ha sido invitado varias veces a ir a Ucrania para ver la situación con sus propios ojos, el Papa siempre ha vinculado un posible viaje a Kiev a un viaje a Moscú.

Sin embargo, la diplomacia papal no ha dejado de manifestar su apoyo a Ucrania, e incluso el arzobispo Gallagher visitó Ucrania en mayo de 2022. Desde el principio, la diplomacia del Papa señaló el peligro de una escalada militar, pero nunca negó el derecho de Ucrania a la defensa.

Por su parte, el Papa ha enviado en repetidas ocasiones al cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio de la Caridad, para llevar ayuda a Ucrania, y también ha enviado al cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, para evaluar la situación de los refugiados.

¿Cuándo la paz?

En este minuto ninguna de las partes en conflicto quiere un alto el fuego. Para los ucranianos, un alto al fuego significaría que Rusia permanecería en la tierra ucraniana capturada. El presidente Zelenski lo dejó claro cuando visitó Italia y el Vaticano el 13 de mayo. Después de su visita al Papa Francisco, Zelenski fue entrevistado en la televisión estatal italiana por los editores de los principales diarios italianos. Cuando le preguntaron si veía un papel para el Papa como mediador entre Rusia y Ucrania, Zelenski respondió: “Con todo respeto por Su Santidad, no necesitamos mediadores. Necesitamos una paz justa. Invitamos al Papa, como a otros líderes, a trabajar por una paz justa, pero primero tenemos que hacer todo lo demás (…) Es importante poner fin a la guerra en Ucrania” y “ganar el campo de batalla, para poner fin a la agresión del Sr. Putin”.

Según el comunicado emitido por la oficina de Zelenski tras la visita de Zuppi, el mandatario ucraniano habría enfatizado en que un mero alto el fuego o la congelación del conflicto no conduciría a la paz. “El enemigo aprovechará la pausa para aumentar sus capacidades y seguir atacando, para llevar a cabo una nueva ola de crímenes y terror. Rusia debe retirar todas sus tropas del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”. E insistió en que los esfuerzos internacionales, incluido el aumento del aislamiento diplomático y la presión sobre Rusia, es la única estrategia para lograr una paz justa en Ucrania.

“Con todo respeto por Su Santidad, no necesitamos mediadores. Necesitamos una paz justa. Invitamos al Papa, como a otros líderes, a trabajar por una paz justa, pero primero tenemos que hacer todo lo demás (…) Es importante poner fin a la guerra en Ucrania”, presidente Volodímir Zelenski.

Zelenski instó a la Santa Sede a apoyar el plan de paz de Ucrania, diciendo que Ucrania da la bienvenida a “la disposición de otros estados y socios para encontrar formas de paz, pero a medida que la guerra continúa en el territorio de Ucrania, el algoritmo para lograr la paz solo puede ser ucraniano”. Asimismo, hizo hincapié en el papel que la Santa Sede puede desempeñar, como lo ha hecho en el pasado, para asegurar la liberación de los prisioneros ucranianos y ayudar en el regreso de los niños ucranianos deportados a Rusia, así como la restauración de una paz justa.

Sin embargo, en palabras de Zuppi, “el Papa Francisco no se rinde. Tanto es así que ha querido esta misión precisamente porque no quiere rendirse y busca todo lo que pueda favorecer el camino de la paz”.

Destrucción de la presa Kajovka

El mismo día en que el cardenal Matteo Zuppi concluía su visita a Kiev, hubo una explosión en la central de Kajovka, lo que provocó diversas inundaciones y evacuaciones masivas. Un drama, con los contornos de una catástrofe medioambiental, que se suma al boletín diario de los horrores.

Tras la explosión, el agua empezó a fluir río abajo, inundando las casas y los comercios de las localidades de la orilla derecha del río Dnipro, que permanecían bajo control de Kiev. Muchos soldados rusos fueron arrastrados por el agua, algunos murieron, otros resultaron heridos, y unas 42.000 personas deberán abandonar sus hogares. La catástrofe amenaza con privar de agua al delta del río, una de las zonas agrícolas más fértiles del país.

Moscú acusa al régimen de Kiev de sabotaje para detener a sus tropas, mientras que el presidente ucraniano replica que Rusia controla la presa y toda la central hidroeléctrica de Kajovka desde hace más de un año. “Es físicamente imposible hacerla saltar de alguna manera desde el exterior, mediante un bombardeo. Fue minada por los ocupantes rusos y hecha volar por ellos”, explica Zelenski, quien califica el incidente de ecocidio y promete el máximo esfuerzo del Gobierno para salvar a la población y suministrar agua potable.

Desde Occidente llega una condena unánime a Rusia por el hecho que el derecho internacional reconoce como “crimen de guerra”. Los enviados de la ONU temen también el riesgo de “contaminación de minas” desplazadas por las inundaciones, una situación que podría tener consecuencias “catastróficas” en Ucrania, sobre todo por la imposibilidad de llevar ayuda a la población. Además, la explosión de la presa de Nueva Kajovka habría provocado una “marea negra” de al menos 150 toneladas de petróleo, que la corriente arrastra hacia el Mar Negro. Para la presidencia ucraniana, aún no es posible “predecir cuántos productos químicos, fertilizantes y derivados del petróleo almacenados en las zonas inundadas acabarán en los ríos y el mar”.

Mientras tanto la región de Jersón, donde miles de personas huyen de las zonas inundadas, ha sido bombardeada 70 veces por el ejército ruso con morteros, artillería, misiles y aviones.

Fuentes:

Andrea Gagliarducci “La guerra en Ucrania, misión del cardenal Zuppi” (Omnes)

Elise Ann Allen “Pope’s envoy closes Ukraine visit as Kyiv digs in heels on peace plan” (Crux)

Vatican News

 

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