Autor: Mons. Antonio Moreno Casamitjana
Ediciones UCSC
Concepción, 2017
300 páginas.


Navidad 2006, Misa de Media Noche. El entonces arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción Monseñor Antonio Moreno Casamitjana, inicia su homilía en la solemne Misa de Nochebuena en la Iglesia Catedral.

Expresa como, en medio de la agitación producida en Judea por la decisión imperial de realizar un censo, sucede un hecho que pasa desapercibido. Un niño nace en situación precaria porque sus padres no tienen otro lugar donde recostarlo que el pesebre de la “posada” atestada de gente. Los ángeles envían a los pastores a “la ciudad de David”, es decir, al pueblo de Belén y la señal para reconocerlo será que Él estará en el pesebre, es decir, en el comedero de los animales de ese pobre albergue.

Hasta ese apartado lugar de Palestina alcanza también la decisión del César, que busca poner orden en un mundo que reconoce como supremo jefe a Tiberio, rey de Roma. Es el César, que hace lo que puede: ordenar este mundo bajo la autoridad de Roma, mantenerlo en paz y alcanzar su propia gloria.

Pero es en ese lugar lejano y apartado que sucede lo “inesperado”, aunque claramente profetizado según destaca la homilía: “Y así la fuerza del Señor empieza a actuar”.

En cada una de sus alocuciones a los fieles y en los discursos que pronunciaba en diversas actividades académicas y propias de su cargo, el arzobispo iba siempre hilvanando en sus intervenciones la convicción y profundo sentido de la fe que fundaba su continuado quehacer pastoral.

Monseñor Antonio Moreno fue nombrado arzobispo de Concepción en 1989 por SS. el Papa Juan Pablo II, ejerciendo el cargo por diecisiete años, hasta el 27 de diciembre de 2006. Uno de los sucesos académicos incluidos en su prolongada acción apostólica y pastoral, al terminar de funcionar la Sede de la Pontificia Universidad Católica de Chile en la región del Bío-Bío, fue la creación, por Decreto Arzobispal, de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) el 10 de julio de 1991. De esta manera, la nueva Casa de Estudios Superiores pasó a ser también la continuadora legal de aquella Sede.

Monseñor Moreno, reconocido por lo demás como uno de los principales expertos contemporáneos en los estudios e interpretación bíblica, tuvo la acuciosidad y el interés en consignar por escrito la gran mayoría de sus homilías, las que normalmente preparaba y escribía. De esta manera, se convirtieron en valiosos y profundos estudios y análisis de temas doctrinarios aplicados a la realidad del acontecer universal y del ambiente particular al cual estaban dirigidos. Esta práctica ha estado siendo ahora recopilada y ordenada cronológicamente en un valioso esfuerzo iniciado por la Editorial de la UCSC, con el apoyo del Instituto de Teología de esta Universidad, lo que ha posibilitado la publicación de un primer volumen de textos, correspondiente al año 2006, bajo el título de Colección Legado del Fundador.

Según se lee en la presentación de la obra, “este volumen y los que vendrán servirán, no sólo para conservar mejor el pensamiento y legado de su autor, sino sobre todo para nutrir el alma de las generaciones actuales y futuras de nuestra Universidad Católica y de nuestra Arquidiócesis de Concepción. (…) Animamos a todos a leer con afecto la palabra predicada por quién fuera un biblista eminente de nuestra Patria, un académico universitario de toda la vida y ante todo un sacerdote y Pastor humilde y valeroso, fiel a su Maestro Jesucristo, cuya Verdad nunca dejó de anunciar”.

En efecto, hay que consignar que el mismo arzobispo emérito, ya retirado, trabajó en la revisión de los textos durante el período anterior a su fallecimiento; que ocurrió en la ciudad de Concepción el 31 de julio de 2013.

Un tema que fuera también de preferente atención para este arzobispo penquista fue el de su constante preocupación por el mantenimiento de la paz en el mundo de hoy. En muchas oportunidades se refirió al trabajo en favor de la paz como objeto de especial dedicación por parte de la Iglesia, destacando los continuados esfuerzos del Pontificado romano y de obispos y sacerdotes por contribuir a ella.

En esta materia reflexiona seguidamente sobre el hecho de que hay una verdad en la paz. “Es la verdad que corresponde al orden establecido por el Creador. Un orden en el que cuanto existe tiene su sentido, representa algo, tiene una finalidad”. A lo anterior agrega, a modo de conclusión: “la verdad de Dios y la verdad del hombre”.

Volviendo a aquel hecho que en su predicación de la Nochebuena había denunciado que había pasado desapercibido, el pastor plantea ahora – durante la Misa del 25 a mediodía – el contrasentido que predomina por parte de la sociedad, denominada propiamente como “consumista” y que se aprecia en el tiempo actual. Sobre el ambiente existente remarca la falta de verdadero sentido que se ha impuesto en el mundo de hoy, acusando categóricamente la realidad: “Es ya un lugar común lamentarse o, al menos, comprobar, la pérdida del sentido propio, cristiano, de la Navidad. Jesús prácticamente ha desaparecido de la escena pública, donde Navidad no se siente como una fiesta religiosa. Jesús, se puede decir que ha desaparecido como el personaje central, en las mentes y los corazones de sociedades que son de tradición cristiana”.

El legado de Monseñor Antonio Moreno Casamitjana es intenso y rico en la profundidad de contenido entregado en su conjunto de homilías. El primero de los libros publicados por la UCSC marca la pauta de lo que será el conjunto de la valiosa obra que queda por reunirse y aparecer en el futuro. Es una iniciativa que esperamos se siga convirtiendo en realidad concreta y en forma continuada y pronta, para beneficio de los integrantes de la misma Universidad y de todos los que, en diversos ambientes, busquen contar con una permanente lección de vida y modelo de pensamiento y acción en un diario quehacer que sea de ejemplo e imitación para la comunidad en general.


otros libros

Últimas Publicaciones

Leda Bergonzi, la llamada “sanadora de Rosario”, ya ha realizado dos visitas a Chile; la primera de ellas a comienzos de enero, donde congregó a miles de personas en el Templo Votivo de Maipú y en la Gruta de Lourdes; luego regresó al país a mediados de marzo, visitando las ciudades de Valdivia y Puerto Montt. El fenómeno ha llamado la atención tanto de creyentes como de no creyentes, haciendo surgir diversas preguntas: ¿por qué la Iglesia ha apoyado su visita prestando sus espacios para los eventos?, ¿no se trata de un peligroso líder carismático que quiere enriquecerse a costa del sufrimiento de las personas?, ¿por qué tantos acuden a verla?
Lo que queda claro tras escuchar las cifras y conocer ejemplos de lo que se vive en Ucrania, es que la guerra continúa siendo muy cruda y que las secuelas que ya está produciendo son profundas, extendidas y muy dolorosas. Mañana se cumplen dos años desde el inicio de la feroz invasión.
Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2024 cuyo tema es «A través del desierto Dios nos guía a la libertad».
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero