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- Tarcisio Cardenal Bertone
Chile, en las últimas décadas, ha experimentado un desarrollo económico y social acelerado, que es motivo de alegría y esperanza, y que estoy seguro de que el tesón y la laboriosidad de este querido pueblo no permitirán que se oscurezca, no obstante las dolorosas vicisitudes de semanas pasadas. Pero al mismo tiempo, es necesario estar vigilantes para que ese desarrollo no vaya en contra de la identidad propia de la Nación, o de aspectos que afectan esencialmente a la dignidad de la persona y de la familia. Hay que tener en cuenta que sólo podemos hablar de un auténtico desarrollo cuando éste responde a las exigencias morales más profundas de la persona.