La Fraternidad Ecuménica de Chile es una agrupación fraterna de cristianos y cristianas que quieren compartir su fe, para ponerla al servicio de la unidad, de la evangelización y del bien del país. A lo largo de 50 años ha cumplido su tarea de trabajar por la unidad de los cristianos y de ponerse al servicio del país, de su justicia, de la defensa de los derechos humanos y de la promoción de leyes que ayuden al desarrollo. Compartimos las palabras que Rodrigo Polanco, presidente pro tempore de la agrupación, pronunció durante la conmemoración de sus 50 años de existencia.

El obispo de Melipilla, Chile, reflexiona sobre la actuación eclesial en torno a la reconciliación nacional basado en algunos documentos de la Conferencia Episcopal de Chile publicados entre los años 1973 y 1989. Con ello releva la tarea reconciliadora de la Iglesia como un imperativo moral que proviene del Evangelio de Cristo y que se dirige al servicio del hombre integral. El Año Santo de 1975, la publicación del documento de trabajo “Humanismo cristiano y nueva institucionalidad” en 1978 y la visita del Papa Juan Pablo II a Chile en 1987 fueron algunos de los hitos de ese constante esfuerzo de la Iglesia chilena de unir a la sociedad en un espíritu de paz.

Los católicos de hoy somos llamados a pertenecer a esta Iglesia, herida y lastimada por los abusos cometidos al interior de ella, comprometiéndonos para que el pasado no represente una añoranza enfermiza. El carisma de la prevención que Dios suscita en los creyentes se manifiesta hoy a través de originales y auténticos signos y líderes en la Iglesia, evidencias de que algo está naciendo en ella.

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Leda Bergonzi, la llamada “sanadora de Rosario”, ya ha realizado dos visitas a Chile; la primera de ellas a comienzos de enero, donde congregó a miles de personas en el Templo Votivo de Maipú y en la Gruta de Lourdes; luego regresó al país a mediados de marzo, visitando las ciudades de Valdivia y Puerto Montt. El fenómeno ha llamado la atención tanto de creyentes como de no creyentes, haciendo surgir diversas preguntas: ¿por qué la Iglesia ha apoyado su visita prestando sus espacios para los eventos?, ¿no se trata de un peligroso líder carismático que quiere enriquecerse a costa del sufrimiento de las personas?, ¿por qué tantos acuden a verla?
Lo que queda claro tras escuchar las cifras y conocer ejemplos de lo que se vive en Ucrania, es que la guerra continúa siendo muy cruda y que las secuelas que ya está produciendo son profundas, extendidas y muy dolorosas. Mañana se cumplen dos años desde el inicio de la feroz invasión.
Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2024 cuyo tema es «A través del desierto Dios nos guía a la libertad».
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