Homilía del Papa Francisco en Santa Marta

Córtate la mano, arráncate el ojo, pero no escandalicéis a los pequeños, es decir, a los justos, a los que se fían del Señor, los que simplemente creen en el Señor. Es lo que nos dice el Evangelio de hoy (Mc 9,41-50). Para el Señor el escándalo es destrucción. ¿Y qué es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra; es la doble vida, la doble vida en todo: yo soy muy católico, voy siempre a Misa, pertenezco a esa asociación y a la otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en los negocios, hago blanqueo de dinero… ¡doble vida! Muchos católicos son así. Y esos escandalizan. Cuántas veces hemos oído –todos, en el barrio y en otras partes–: pues para ser católico como ese, mejor ser ateo. ¡Eso es el escándalo! Te destruye. Te tira para abajo. Y eso pasa todos los días, basta ver el telediario o leer los periódicos. En los periódicos hay tantos escándalos, y también está la gran publicidad de los escándalos. Y con los escándalos se destruye.

Había una empresa importante que estaba al borde de la quiebra. Las autoridades querían evitar una huelga justa, pero que no acarrearía nada bueno, y pedían hablar con los altos cargos de la empresa. Además, la gente no tenía dinero para las necesidades diarias porque no recibían el sueldo. ¡Y el responsable, un católico, estaba de vacaciones de invierno en una playa de Oriente Medio! Y la gente supo, aunque no salió en la prensa. Eso son los escándalos. Jesús dice en el Evangelio, sobre los que producen escándalo, sin decir la palabra escándalo, pero se entiende: Pues tú llegarás al Cielo y llamarás a la puerta: ¡Soy yo, Señor! –¿Ah sí? ¡No te recuerdo! –Yo iba a la iglesia, estaba cerca de ti, pertenecí a tal asociación, hice esto… ¿No te acuerdas de todos los donativos que hice? –Sí, los recuerdo. Los donativos, de eso me acuerdo: ¡todos sucios! ¡Todos robados a los pobres! ¡No te conozco! Esa será la respuesta de Jesús a los escandalosos que llevan una doble vida.

La doble vida viene de seguir las pasiones del corazón, los pecados capitales que son las heridas del pecado original. Precisamente la primera Lectura (Eclo 5,1-10) exhorta a no secundarlas y a no confiar en las riquezas, no decir: me basto a mí mismo. ¡No retrasemos la conversión! A todos, a cada uno, nos hará bien hoy pensar si hay algo de doble vida en nosotros, de parecer justos, de parecer buenos creyentes, buenos católicos, pero por debajo hacer otra cosa; si hay algo de doble vida, si hay una excesiva confianza: Bueno, luego el Señor me lo perdonará todo, y yo sigo… Si hay algo de decir: Sí, eso no está bien, me convertiré, pero hoy no: mañana. Pensemos en esto. Aprovechemos la Palabra del Señor y pensemos que, en esto, el Señor es muy duro. ¡El escándalo destruye!

Últimas Publicaciones

Nello Gargiulo ha sido director y secretario ejecutivo de la Fundación cardenal Raúl Silva Henríquez por treinta años. En el 25 aniversario de la muerte del Cardenal, nos ha hecho llegar esta reflexión a partir de testimonios recogidos, publicaciones realizadas, seminarios y coloquios celebrados bajo diferentes miradas y circunstancias. Hablar de “amor creativo y productivo” es un desafío para todos aquellos que hoy no se encuentran conformes con el estilo de la sociedad en que vivimos y aspiran a dar su propio aporte para cambiarla.
En marzo de este año, se desarrolló un conversatorio sobre la Sinodalidad, organizado conjuntamente por la Conferencia Episcopal de Chile, la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile y la Universidad Católica, el que contó con la participación de Monseñor Luis Marín de San Martín, de la Secretaría General del Sínodo. En este contexto, Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, reflexiona sobre el Informe de síntesis “Una Iglesia Sinodal en misión”, recalcando la manera en que la Universidad se inserta en el camino sinodal, en los ámbitos del conocimiento y de la fraternidad de una comunidad.
En su Mensaje de Pascua el Papa recordó que el Resucitado es el único que puede hacer rodar la piedra de la guerra y de las crisis humanitarias y abrir el camino de la vida. También rezó por las víctimas y los niños de Israel, Palestina y Ucrania, pidió el intercambio de rehenes y el alto el fuego en la Franja de Gaza. Asimismo oró por Siria, el Líbano, Haití, el pueblo Rohingyá y los países africanos en dificultades. Y subrayó que con frecuencia el don de la vida es despreciado por el hombre.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero