En el Evangelio de hoy (Lc 10,25-37) podemos ver seis personajes de la parábola que Jesús cuenta al doctor de la Ley que, para ponerlo la prueba, le pregunta: “¿quién es mi prójimo?”. Los bandidos, el herido, el sacerdote, el levita, el samaritano y el posadero.

Los bandidos molieron a palos al hombre, dejándolo medio muerto; el sacerdote que, cuando vio el herido pasó de largo, sin tener en cuenta su misión, pensando solo en la inminente hora de la Misa. Lo mismo hizo el levita, hombre de Ley. Detengámonos es ese pasar de largo, un concepto que debe entrar hoy en nuestro corazón. Se trata de dos funcionarios que, coherentes de serlo, dijeron: “No me toca a mí socorrer al herido”. En cambio, quien no pasa de largo es el samaritano, que era un pecador, un excomulgado por el pueblo de Israel: el más pecador, tuvo compasión. Quizá era un comerciante que iba de viaje por negocios, pero non miró el reloj, no pensó en la sangre. Se acercó –bajó del asno–, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino. Se ensució las manos, se manchó la ropa. Luego lo cargó en su cabalgadura, lo llevó a una posada, todo lleno de sangre –así debió llegar–, y cuidó de él. No dijo: “Bueno, yo lo dejo aquí, llamad al médico y que venga. Yo me voy, ya he hecho mi parte”. No. Cuidó de él, como diciendo: “Ahora tú eres mío, no por posesión, sino para servirte”. No era un funcionario, era un hombre con corazón, un hombre con el corazón abierto.

El posadero quedaría sorprendido al ver a un extranjero, un pagano que no era del pueblo de Israel, que se detenía a socorrer al hombre, pagando dos denarios y prometiendo saldar los posibles gastos a su vuelta. La duda de no recibir lo debido se insinuó en el posadero, la duda de uno que ve un buen ejemplo, de uno abierto a las sorpresas de Dios, como el samaritano. Ninguno de los dos era funcionario. ¿Tú eres cristiano? ¿Tú eres cristiana? “Sí, sí, sí, voy los domingos a Misa y procuro hacer lo correcto… menos murmurar, porque siempre me gusta el chismorreo, pero el resto lo hago bien”. Pero, ¿estás abierto a las sorpresas de Dios o eres un cristiano funcionario, cerrado? “Yo hago esto, voy a Misa el domingo, recibo la comunión, la confesión una vez al año, esto, esto… Estoy en orden”. Esos son los cristianos funcionarios, los que no están abiertos a las sorpresas de Dios, los que saben tanto de Dios, pero no encuentran a Dios. Los que nunca se asombran ante un testimonio. Es más, son incapaces de dar testimonio.

Animo a todos, laicos y pastores, a preguntarnos si somos cristianos abiertos a lo que el Señor nos da cada día, a las sorpresas de Dios que tantas veces, como este samaritano, nos ponen en dificultad, o bien si somos cristianos funcionarios, haciendo lo que debemos, sintiéndonos bien, pero quedándonos encerrados en las propias reglas. Algunos teólogos antiguos decían que en este pasaje se encierra todo el Evangelio. Cada uno de nosotros es el hombre herido, y el samaritano es Jesús. Y nos ha curado las heridas. Se ha hecho cercano. Ha cuidado de nosotros. Ha pagado por nosotros. Y ha dicho a su Iglesia: “Si necesita algo más, págalo tú, que yo volveré y pagaré”. Pensarlo bien: en este texto está todo el Evangelio. Queridos hermanos y hermanas, nada de funcionarios. Hay que ser cristianos en serio, cristianos que no temen mancharse las manos, la ropa, cuando se hacen cercanos, cristianos abiertos a las sorpresas, cristianos que, como Jesús, pagan por los demás.


Fuente: Almudi.org

Últimas Publicaciones

Nello Gargiulo ha sido director y secretario ejecutivo de la Fundación cardenal Raúl Silva Henríquez por treinta años. En el 25 aniversario de la muerte del Cardenal, nos ha hecho llegar esta reflexión a partir de testimonios recogidos, publicaciones realizadas, seminarios y coloquios celebrados bajo diferentes miradas y circunstancias. Hablar de “amor creativo y productivo” es un desafío para todos aquellos que hoy no se encuentran conformes con el estilo de la sociedad en que vivimos y aspiran a dar su propio aporte para cambiarla.
En marzo de este año, se desarrolló un conversatorio sobre la Sinodalidad, organizado conjuntamente por la Conferencia Episcopal de Chile, la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile y la Universidad Católica, el que contó con la participación de Monseñor Luis Marín de San Martín, de la Secretaría General del Sínodo. En este contexto, Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, reflexiona sobre el Informe de síntesis “Una Iglesia Sinodal en misión”, recalcando la manera en que la Universidad se inserta en el camino sinodal, en los ámbitos del conocimiento y de la fraternidad de una comunidad.
En su Mensaje de Pascua el Papa recordó que el Resucitado es el único que puede hacer rodar la piedra de la guerra y de las crisis humanitarias y abrir el camino de la vida. También rezó por las víctimas y los niños de Israel, Palestina y Ucrania, pidió el intercambio de rehenes y el alto el fuego en la Franja de Gaza. Asimismo oró por Siria, el Líbano, Haití, el pueblo Rohingyá y los países africanos en dificultades. Y subrayó que con frecuencia el don de la vida es despreciado por el hombre.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero